Batalla de Junín, la contienda
decisiva para la independencia del Perú y Sudamérica: más de 400 muertos sin
disparar armas de fuego
José de San Martín proclamó la
independencia en Lima, pero la medida no fue suficiente para que José de la
Serna abandonara sus esfuerzos por mantener el Virreinato. Simón Bolívar
entendía la necesidad de una campaña militar para asegurar la emancipación
La proclamación de la
independencia del Perú, realizada por el general José de San Martín el 28 de
julio de 1821, fue solo el primer paso en un largo y arduo camino hacia la
verdadera independencia del país. Aunque el acto simbolizó un importante avance
en la lucha contra el dominio colonial español, la realidad es que gran parte
del territorio peruano seguía bajo control de las tropas realistas.
En los años que siguieron, los
enfrentamientos militares se intensificaron, y las fuerzas independentistas,
lideradas por figuras como Simón Bolívar y Antonio José de Sucre, continuaron
en su empeño por liberar definitivamente a Perú del yugo español. La batalla
decisiva que selló la independencia del país tuvo lugar el 9 de diciembre de
1824, en la Pampa de la Quinua. Este enfrentamiento, conocido como la batalla
de Ayacucho, vio la victoria de las tropas patriotas lideradas por Sucre sobre
el ejército realista comandado por el virrey José de la Serna.
La victoria en Ayacucho consolidó
la independencia de las naciones sudamericanas. La Capitulación de Ayacucho,
firmada entre el general español José de Canterac y el libertador Antonio José
de Sucre pocas horas después de la contienda, obligó a las fuerzas españolas a
retirarse y puso fin a una lucha de años en busca de la tan anhelada
independencia del Perú.
Meses antes del decisivo
conflicto bélico en Ayacucho, se libró un enfrentamiento de gran importancia
para la causa independentista peruana: la batalla de Junín. Esta contienda se
desarrolló el 6 de agosto de 1824 y fue liderada por Simón Bolívar. Gracias a
sus estrategias y a sus militares, las fuerzas patriotas debilitaron a los
realistas, allanando así el camino hacia la victoria. El triunfo en Junín elevó
la moral de las tropas patriotas y aceleró el proceso hacia la independencia
definitiva del Perú.
La batalla de Junín, el
enfrentamiento decisivo sin armas de fuego
José de San Martín proclamó la
independencia en Lima, pero la medida no fue suficiente para que el virrey José
de la Serna abandonara sus esfuerzos para mantener el Virreinato. Tras este
hecho, el militar y político español se retiró hacia la sierra sur del Perú,
donde se dispuso a rearmar su ejército con ayuda de otras regiones aún leales a
la Corona española.
A este respecto, Simón Bolívar,
quien lideraba las fuerzas patriotas, entendía la necesidad de una campaña
militar decisiva para asegurar la independencia. Los militares que defendían al
Perú eran conscientes de que ningún país de las Américas podía ser realmente
libre y soberano si se mantenía el Ejército realista en el continente.
Mientras tanto, un golpe de
Estado perpetrado en España por el rey Fernando VII en 1823, que abolió la
Constitución de Cádiz, causó una división entre los realistas. Esto también
provocó tensiones dentro del ejército realista en Perú. Algunos de los que defendían
al país europeo apoyaban mantener el poder absolutista mientras que otros
tenían orientación liberal.
Este ambiente de inestabilidad no
pasó desapercibido para Bolívar, quien se dio cuenta de que el general Pedro
Olañeta se había sublevado contra La Serna. En este contexto, Bolívar aprovechó
la oportunidad de debilitar al enemigo. Una de sus acciones fue enviar su
ejército a la sierra central de Perú para aislar al general José de Canterac.
Las fuerzas patriotas se
enfrentaron en la batalla de Junín el 6 de agosto de 1824. Bolívar dirigió a
aproximadamente 8.000 patriotas, quienes no utilizaron armas de fuego.
“Pese a que ya se contaba con
armas de fuego, solo se empleó espadas, sables y lanzas”.
La contienda comenzó con una
ventaja inicial para las tropas realistas, quienes lograron desorganizar las
filas de los patriotas. “En la pampa de Junín, la caballería española nos
estaba venciendo. (...) Un grupo de patriotas se encontraba en la retaguardia
del enemigo, y entonces surgió el momento oportuno para atacar. (...) El jefe
patriota dirigió sus fuerzas de la caballería peruana y atacó a los españoles
por la retaguardia y por el flanco derecho. Fue en ese momento, ante la
arremetida de nuestras tropas, que comenzamos a vencerlos”, contó el
historiador Mendoza.
Quienes atacaron fueron los
Húsares del Perú, una unidad de caballería patriota liderada por el coronel
Isidoro Suárez. Los Húsares cargaron contra las fuerzas realistas desde una
posición inesperada, rompiendo su formación y sembrando el caos en sus filas.
Desobedeciendo una orden de
retirada, el mayor José Andrés Rázuri informó a Suárez de una falsa orden de
Bolívar para cargar contra los realistas. Esta acción resultó en un cambio
trascendental en el curso de la batalla y aseguró una victoria decisiva para la
consolidación de la independencia.
Es menester señalar que el
resultado del conflicto bélico (duró apenas 45 minutos) fue una victoria
contundente para el ejército independentista, que logró capturar prisioneros y
ganar terreno frente a los realistas. Aunque no fue una batalla de gran escala
en términos de bajas (254 muertos en el bando realista y 148 en el bando
independentista), su impacto estratégico fue enorme.
La victoria en Junín preparó a
los patriotas para el enfrentamiento final en Ayacucho. Consolidó asimismo la
alianza entre los ejércitos libertadores y demostró la eficacia de la
estrategia militar de Bolívar y sus comandantes. Este triunfo fue clave para la
independencia de Perú y contribuyó de manera decisiva a la liberación de otras
regiones sudamericanas aún bajo control español.
Más información:
¿Cómo se crearon los Húsares de
Junín?
El 18 de agosto de 1821, José de
San Martín creó la Legión Peruana de la Guardia, una unidad militar compuesta
inicialmente por un batallón de infantería, dos escuadrones de caballería
ligera y una compañía de artillería volante. El libertador seleccionó uno de
estos grupos como núcleo inicial para la formación de dos escuadrones de
húsares.
Estos escuadrones evolucionaron
para formar el Regimiento de Caballería Húsares de la Legión Peruana de la
Guardia, que llegó a contar con cuatro escuadrones, de los cuales el último fue
organizado en Trujillo bajo el mando del coronel Antonio Gutiérrez de la
Fuente.
En 1823, en la región norte del
país, se estableció el Regimiento Coraceros del Perú basado en el cuarto
escuadrón. Al año siguiente, este regimiento se fusionó con los restos de los
húsares de la guardia, resultando en la formación de los Húsares del Perú. Bajo
el liderazgo del coronel Antonio Placencia, esta unidad tuvo una participación
en la batalla de Junín.
La batalla de Junín fue una
victoria trascendental para la independencia del país. La valentía y el
destacado desempeño de los Húsares del Perú en esta contienda motivaron a Simón
Bolívar a renombrar esta unidad como Húsares de Junín, en honor a su heroísmo y
eficacia en el combate.
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